En el plató con las estrellas, mientras que la seguridad de Breaking Dawn se defiende de los temibles paparazzi.
VANCOUVER – Trabajar en cualquier película se parece mucho a acampar, pero al ser un extra en The Twilight Saga: Breaking Dawn, con su secreta y distante locación y la prohibición total de los dispositivos electrónicos, nos hizo sentir como presos en un campo de prisioneros.
Como invitados en la boda más grande de vampiros en la historia del cine, fuimos llevados en autobuses desde West Vancouver hasta Squamish y desembarcamos en el campamento base, o “circo”, el cual serpenteaba por un camino incomodo hacia el bosque. Después de vestuario, peinado y maquillaje, pasábamos a través de “Checkpoint Charlie” detectores de metales, y luego viajábamos en furgonetas hacia la propiedad de tiendas de campaña donde nos sentamos durante horas a comer comida chatarra.
En un par de noches, uno de los productores vino a advertirnos acerca de su equipo de seguridad, incluidos los hombres-rana en el río, para que nadie pueda fotografiar el set. No debíamos informar a nadie de la ubicación del set ni informar de ninguna restricción, dijo. Ni tampoco hablar con los actores, sin importa qué. Fuimos uno de los “pocos afortunados” que se eligieron, él nos recordaba, pero nuestra participación depende de nuestro cumplimiento con la seguridad. Que tengan una buena noche.
Usted no me verá en la escena de aquella noche, donde la feliz pareja sale de la recepción, ya que yo estaba prácticamente de pie en el bosque. Tampoco era visible en la ceremonia de la boda el día siguiente, cuando fui colocado tan lejos del altar como para necesitar de binoculares.
Nos sentamos en el set de la boda durante dos días, en troncos que parecían convertirse en bancos bajo un dosel de glicinas. Una rápida grabación para alcanzar y volverse hacia a la novia, y luego más espera y escalofríos. ¿Y era eso una tormenta o una avalancha en la distancia?
A la mañana siguiente, vi a un hombre rana en la orilla opuesta del río. La seguridad estaba en estado de máxima alerta, un miembro del equipo me dijo. Esa mañana, los paparazzi en trajes de neopreno habían tratado de pasar nadando. Un extra con una cámara había sido expulsado el día anterior. Todos ellos buscaban una foto de $ 100.000 de la novia.
Antes de la ceremonia, Robert Pattinson estaba cerca y muy guapo y fumaba a cada rato. Kristen Stewart se veía increíble en su modesto vestido, pero parecía asustada por algo. Ellos se abrazaban (Robert y Kristen) y él parecía consolarla. Fue un drama de la vida real pasando frente a nosotros y todo lo que los extras podían hacer era mirar como tontos. Oh, qué dulce, ellos realmente se aman.
Luego, un helicóptero comenzó a dar vueltas y la producción se detuvo. Los Walkie-talkies daban instrucciones muy enojadas, la gente de seguridad se apresuró, y gigantes paraguas negros se abrieron para bloquear la vista de los actores desde el aire. La batalla contra los paparazzi había iniciado y nosotros nos sentamos congelados por dos horas esperando por una tregua.
La escena de la noche siguiente fue la de la recepción de la boda, en un set hecho como un festín de hobbits. El asistente del director nos miró y me señaló a mí y a otra mujer. “Tú y tú, la directora y la profesora de matemáticas.” Nos pusieron en un plano en el que tuvimos que dar las felicitaciones e irnos, lo que me hizo sentir más como los “pocos afortunados” y menos como un prisionero de producción.
Mientras la otra chica y yo decidíamos quién era la directora y quien la profesora de matemáticas, nos reímos del set, de la historia y la lluvia que ahora caía. Para el momento en que nos encontramos cara a cara con Pattinson y Stewart nosotras hacíamos resoplidos de supresión. Me moría de ganas de decirle Stewart lo mucho que amaba a The Runaways, pero estábamos obligados a no hacerlo por la ley mordaza de celebridades, lo que formo parte de los momentos más difícil de la fiesta.
Después de un ensayo, el rodaje comenzó. Yo hice los gestos de felicitaciones, pero luego, como si el tiempo se hubiese desacelerado, hice una pausa, como si tuviera más palabras con mímica. Luego, llegó mi mayor humillación.
Miré hacia abajo y vi a Kristen Stewart levantar su pequeña mano y la bebé me daba la despedida. Mortificada, no podría haberme ido más rápido sin antes derramar mi champán falsa. Para el momento, la Directora Sarah y yo nos habíamos unido a un círculo de invitados, estaba hiperventilando y sudando. Yo no podía creer que había convertido una escena de dos segundos en una de tres segundos! Pero, como todas las películas, ellos graban más tomas, así que tuve la oportunidad de redimirme, a pesar de que significaba más momentos incómodos evitando a los actores.
Siete meses más tarde, vi la película sólo para encontrar que mi gran momento había sido cortado y reemplazado por bromas con la familia de hombres lobo. No me impresiono ya que el hecho de que fuera editada era lo que esperaba encontrar, no importa lo mucho que esperara que fuese incluida. Después de todo, ser un extra de fondo significa que siempre serás un invitado y no la dama de honor.
La Extra se llama Mari Kane, quien es escritora, blogger y una ocasional extra de fondo viviendo en Vancouver.